La Rinconada
El Presidente de la República, General Marcos Pérez Jiménez, ordena en 1956 la construcción de un nuevo Hipódromo en los terrenos de La Rinconada con las más modernas y sofisticadas técnicas en Ingeniería y Arquitectura para la época bajo la supervisión de Arthur Froelich, quien fuera responsable del hipódromo de Aqueduct de Nueva York, y Roberto Burle Marx encargado de la elaboración del proyecto de jardinerías. El Hipódromo es finalizado e inaugurado en 1959, siendo uno de los más hermosos óvalos para carreras de caballos de la época en todo el continente.